Érase una vez un niño llamado Marcos. El tenía algo especial, pero por desgracia, Marcos no lo sabía.
Un día iba por el campo hacia la carretera, y se tropezó con una señal de tráfico, la señal mágica. De repente, se dio cuenta de que estaba en otro mundo, en el que había un cartel que ponía: Bienvenido a este mundo.
Marcos no entendía nada. Vinieron unas señales de tráfico, y le dijeron que se uniera a la fiesta que había.
Le explicaron su misión, que las personas respetaran las señales.
Y al cabo de unos meses lo había conseguido.
Natalia
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