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lunes, 11 de marzo de 2019

La leyenda del rey Errante. Gabriela 6ºA

En el Semana Santa, la seño mandó un libro: La leyenda del Rey Errante. 
  • Personajes principalesWalid ibn Huyr, Hammad ibn-Haddad, Amir ibn al-Hammad, Hasan  ibn al-Hammad, Rashid al-Hammad, Zahra, Hakim.
  • Personajes secundarios.  Rey Huyr, El visir real, Masrur, Suaid, Al-Nabiga al-Dubyani, Karim, Al-Harit, Abda, Salut, el escurridizo, y el hombre mayor del turbante rojo.
  • Historia. 
Walid era un príncipe ambicioso, y era un gran poeta.Todos de su pueblo le creían el mejor. Quería ir a Ukaz, donde hacían el mayor certamen de poemas. El padre le dijo que organizara su propio certamen, y si ganaba, podría ir al certamen tan importante de Ukaz. Para sorpresa del príncipe, el certamen lo ganó un humilde tejedor de alfombras, Hammad ibn al-Hammad.
 
El príncipe organizó otro certamen el año próximo, para demostrar que era el mejor, ( y también creía que aquel plebeyo no se volvería a presentar).
Pero se presentó. Y volvió a ganar. Sintiendo una gran furia, planeó con su rawi ( persona que lee las casidas de los poetas) un nuevo premio para el certamen siguiente: un saco de oro, como siempre, y un puesto de organizador del archivo en el palacio, una forma de apremiarlo y castigarlo. 
Hammad volvió a ganar, y tuvo que aceptar el puesto. Al final, Walid y él tuvieron que llegar a un acuerdo de que organizara el archivo, tejiera una alfombra y se pudiera ir de vuelta a su hogar, Al-Lalaik, junto a su esposa ( Layla) y sus tres hijos ( Amir, Hasan y Rashid).
 
El príncipe lo odiaba, y quería que muriera, por eso le impuso esa tarea: una con la que no terminaría nunca y moriría allí. Todo por celos. Aquel hombre, que había sido tan desgraciado como para cruzarse en el camino de aquel ambicioso príncipe, no comía y apenas bebía nada. Y su rawi, Hakim, le apoyaba y apoyaba para la venganza. Para sus sorpresas, al cabo de tres años terminó de ordenar aquel lugar. El rawi insistía en matarlo, pero el príncipe, a pesar de todo el odio que le tenía, era incapaz de matarlo a cosa hecha, directa. Pero aún le quedaba por tejer la alfombra, cosa que el príncipe había olvidado, pero se aprovechó de ello: le impuso que debía meter en una alfombra toda la historia de la humanidad. El tejedor, sabía que moriría allí, que hacer tal cosa no era posible. 
Pasó el tiempo, y Hammad no dejaba de tejer esa alfombra. No comía, no bebía, no dormía, y por tejer en la oscuridad, se estaba quedando ciego. El príncipe, creía que moriría de agotamiento. Le obligaba a que descansara, a que comiera, y demás. Pero el hombre no quería. En ocasiones se veía obligado a hacerlo, pero apenas.
Y una mañana, pasó. Estaba Hammad ibn-Hammad tendido en el suelo, muerto. Y la alfombra acabada. Walid se acercó a la alfombra para verla, y vio algo que le perturbó y expresó con un chillido: la alfombra procesaba distintas imágenes. Muchas a la vez. Se cambiaban muy rápidamente, mostrando todo el avance de la humanidad. Lo había conseguido: una alfombra que mostraba todo el avance del hombre. Y él había matado a ese hombre. Había matado a un prodigio. Walid se quedó perturbado por haber matado al gran prodigio, la gran mente maravillosa del milenio. Pasó el tiempo. Con todo eso, el rey murió, por tanto, Walid se convirtió en el Rey de Kinda. Despidió a Hakim, al ver como era en realidad. Encerró la alfombra bajo llave. Y pasó el tiempo. Una noche, vinieron uno ladrones al castillo. Tres ladrones. Eran Masrur, Suaid y Hakim. Robaron la alfombra, y Walid los vio. Vio como su fiel rawi, le traicionó, incluso mandó a que los otros dos le mataran, pero solo lo dejaron inconsciente.
Walid fue a por la alfombra, y se embarcó en toda una aventura que duró años. Se hizo pasar por Malik, el Rey Errante. Se enteró de que el palacio había ardido. Buscando la alfombra, se metió en lo bandoleros, donde encontró a Sayf, es decir, Amir, el hijo menor de Hammad. Al enterarse de toda su historia, le juró que le mataría si volviera a cruzarse con él. Se unió a los baduinos, donde se enamoró de Zahra. Y también conoció a Hasan, otro de los hijos de Hammad. Y a final, con la chica a la que quería, se unió a Rashid, un comerciante con el que se hizo rico, pero se tuvo que ir de su lado, como con los demás, debido a que era el hijo final del hombre que había matado. Walid, en todo este viaje, cambió, y aprendió una lección muy importante sobre el Karma. Supo que uno de los ladrones, Masrur, se había suicidado debido a lo que vio en la alfombra,; y Suaid, se volvió loco, perturbado por lo que también vio.
Y Hakim, al final  del todo, resultó tener la alfombra. Y este se había arrancado los ojos para no volver a ver lo que había en ella, todas esas imágenes moviéndose tan rápidamente, tan perturbadoramente.  Pero después de todo, la dejó a ella allí, para que no sufriera, y volvió a su pueblo. 
Al final nunca llegó a su pueblo.
Se derrumbó en la arena, tras que su camello le abandonara, y se volvió a encontrar con el hombre del turbante rojo. Era su dijinn. Y después, tuvo una seria charla con los dijinns, una charla dolorosa, a la que aprendió ( mediante a la fuerza) a mirar, y no a ver, Aprendió de aquella alfombra. Y vio los pasados, los presentes, y los futuros. Todos los caminos posibles.
Y al final del todo, se volvió a encontrar con Sayf, dispuesto a matarle, pero, al mirarlo a los ojos, vio que ahí estaba la esencia de su padre. Su ser. Creyó haber muerto, pero fue un recuerdo de lo que vio en la alfombra. Zahra había reunido a los tres hermanos. Habían pasado ya meses desde que Walid volvió. Ellos resulta que habían partido la alfombra en cuatro. Un trozo para cada uno. Y así, Walid, que había estado años condenado a sufrir, por la muerte de Hammad, vio que estaba más vivo que nunca. En ellos tres.

  • Opinión. La verdad es que  al principio me parecía aburrido, pero, después de todo, resulta muy interesante y que no te lo esperas. La verdad, que ha sido muchísimo mejor de lo que creía y de que intenta dar una lección y que está muy bien escrito y da bien esa sensación. Además, hay algunas cosas que si existieron de verdad, en la vida real, entorno al 606, tiempo en el que vivió  Al-Nabiga al-Dubyani, juez y poeta muy importante al que ni he mencionado. Sin duda, la verdad, me lo leería otra vez.

Gabriela J.G

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