Erase una vez una niña que se llamaba Beatriz y que vivía en un castillo. Ella estaba viviendo con sus padres, pero un día sus padres se iban de viaje, y ella se quedó sola en el castillo. El primer día ella se sentía bien porque solo había pasado un día desde que sus padres se fueron.
El tercer día Beatriz estaba muy asustada porque había escuchado un ruido muy raro en el palacio. ¡Era un fantasma! Bea corría y corría pero, ¿cuando venían sus padres? Pues ella no lo sabía, le dijeron que dos días pero ya habían pasado tres y ella estaba asustada por lo que les podría haber pasado. Bueno, ella siguió corriendo hasta que se preguntó:
“si no veo al fantasma ¿por qué corro tanto?”
Al cuarto día llegaron sus padres y lo que les había pasado era que se habían quedado esperando a que el avión saliese porque estaba todavía
el humo del volcán. Bea corrió y corrió a abrazar a sus padres.
Y cuando ella volvió a clase el lunes iba asustada todavía, entonces se imaginó que todas las personas del colegio eran muertos vivientes. La señorita le preguntó:
¿Estás bien?
No, estoy cansada.- Le dijo ella muy asustada y engañando a la señorita.
Yo creo que te pasa algo más, pero no voy a ser una cotilla.
¡No tu no eres cotilla, solo te preocupas por los demás! - le exclamó un poquito sorprendida.
Bea se fue a su sitio y cuando volvió a casa le dijo a sus padres que por favor no le dejasen nunca más sola en casa porque se había asustado mucho. Y vosotros ya sabéis que si no queréis que os pase esto no dejéis que vuestros padres os dejen solos.
Beatriz
Rincón Literario y taller Plasticomusical de los/las alumnas/os del Ceip Benyamina.
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