Érase una vez una vez una niña que tenía dos semillas de árbol ,
pero nadie sabía de qué árbol era , hasta que plantó una de esas semillas .
Todos los días la niña salía a regarlo .
Un día, cuando la niña salió a regar el árbol
y se encontró con una gran sorpresa ¡el árbol había crecido mucho !
pero nadie sabía de qué árbol era , hasta que plantó una de esas semillas .
Todos los días la niña salía a regarlo .
Un día, cuando la niña salió a regar el árbol
y se encontró con una gran sorpresa ¡el árbol había crecido mucho !
La niña se sorprendió mucho porque nunca había visto
a un árbol crecer tan rápido como ése .
Al cabo del tiempo, empezaron a salir frutos ¡ en forma de unicornios !
La niña, con miedo de lo que le iba a pasar, cogió un fruto y se lo comió,
le pegó un bocado y alucinó en colores: el fruto sabía a ¡ algodón de azúcar !
La niña le echaba cada vez más agua para que salieran más frutos y venderlos,
para de mayor comprarse un Lamborghini...claro que no es fácil,
ya que puede llegar a costar más de 200 000 euros .
De tanta agua, el árbol murió, la niña se quedó muy triste
porque no se podía comprar su lamborghini.
La niña se acordó de que tenía otra semilla que guardo de recuerdo.
Corriendo fue a llamar a su padre que estaba en la cocina preparando la cena
y le preguntó que cómo se había podido morir el árbol ,
obviamente el padre no sabía por qué murió el árbol ,
pero sí le dijo que plantara la semilla que quedaba y esta vez lo cuidara más .
Entonces la niña cogió la semilla y la plantó otra vez ,
le hizo caso a su padre y lo cuidó más .
Al cabo de unos meses el árbol ya había crecido
y ya había echado sus frutos. La niña los seguía vendiendo
pero no le echaba tanta agua y le daba más cariño.
Poco a poco la niña se dio cuenta de que los frutos
repartían paz por todos lados y por todas las personas que comía sus frutos.
Entonces a la niña se le ocurrió coger un fruto coger las semillas,
para guardarlo y cuando muera el árbol tener la semilla de recuerdo .
Todo el mundo que compraba el fruto cogia la semilla
y la plantaba para tener un maravilloso árbol , pero no lo conseguía ,
pues solo el primer plantador del árbol podía cultivarlo .
La historia continúa pero no se puede revelar aún , así que toca esperar .
a un árbol crecer tan rápido como ése .
Al cabo del tiempo, empezaron a salir frutos ¡ en forma de unicornios !
La niña, con miedo de lo que le iba a pasar, cogió un fruto y se lo comió,
le pegó un bocado y alucinó en colores: el fruto sabía a ¡ algodón de azúcar !
La niña le echaba cada vez más agua para que salieran más frutos y venderlos,
para de mayor comprarse un Lamborghini...claro que no es fácil,
ya que puede llegar a costar más de 200 000 euros .
De tanta agua, el árbol murió, la niña se quedó muy triste
porque no se podía comprar su lamborghini.
La niña se acordó de que tenía otra semilla que guardo de recuerdo.
Corriendo fue a llamar a su padre que estaba en la cocina preparando la cena
y le preguntó que cómo se había podido morir el árbol ,
obviamente el padre no sabía por qué murió el árbol ,
pero sí le dijo que plantara la semilla que quedaba y esta vez lo cuidara más .
Entonces la niña cogió la semilla y la plantó otra vez ,
le hizo caso a su padre y lo cuidó más .
Al cabo de unos meses el árbol ya había crecido
y ya había echado sus frutos. La niña los seguía vendiendo
pero no le echaba tanta agua y le daba más cariño.
Poco a poco la niña se dio cuenta de que los frutos
repartían paz por todos lados y por todas las personas que comía sus frutos.
Entonces a la niña se le ocurrió coger un fruto coger las semillas,
para guardarlo y cuando muera el árbol tener la semilla de recuerdo .
Todo el mundo que compraba el fruto cogia la semilla
y la plantaba para tener un maravilloso árbol , pero no lo conseguía ,
pues solo el primer plantador del árbol podía cultivarlo .
La historia continúa pero no se puede revelar aún , así que toca esperar .
CONTINUARA...
No hay comentarios:
Publicar un comentario